Las conexiones con los jóvenes, las madres, los padres y los socios fortalecen un proyecto educativo sobre salud sexual
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Este artículo ha sido preparado por Morgan Aderton, Coordinadora de Comunicación y Difusión Estratégica de la Universidad James Madison (JMU), en colaboración con el RHNTC. JMU es la sede de SexEdVA (en inglés), un proyecto de la Red de Innovación e Impacto TPP20 que facilita la Red de Salud Sexual Inclusiva para Personas con Discapacidad(en inglés)es (Disability-inclusive Sexual Health Network, DSHN) (en inglés) y otro trabajo de apoyo a la salud sexual adolescente.
Somos una red, así que colaboramos con otras organizaciones de Virginia comprometidas con las personas con discapacidades. Nuestra meta es dotarlas de los materiales y las herramientas que necesitan para integrar la educación sobre salud sexual en sus clases y grupos actuales de alumnos.
La respuesta que recibimos en una conferencia en la que expusimos afianzó la hipótesis principal de nuestro proyecto: En Virginia, había una brecha en los servicios centrados en las discapacidades y la estamos cerrando.
No había ningún otro puesto centrado en la salud sexual de las personas discapacitadas. A veces, nos cuesta convencer a la gente de que las madres y los padres desean este tipo de información. Pero se acercaron a nosotros, deseosos de saber más sobre la educación sexual y pidiendo recursos y consejos.
Al principio entendimos nuestra posición como la columna vertebral de la red. Nuestro trabajo principal consistía en apoyar y conectar a las parejas, recopilar datos y hacer divulgación por las redes sociales. No planeábamos tener que crear nuestro propio contenido ni convertirnos en un centro creativo. Sin embargo, nuestro proyecto evolucionó de esa manera. Seguimos formando vínculos en las parejas, pero para la mayoría somos el primer punto de contacto. Ahora que se acerca el fin del proyecto, estamos animándoles a colaborar más en lugar de hacer nosotros este trabajo.
Además, nuestro programa tiene un consejo asesor de jóvenes al que llamamos cariñosamente YAB, por su sigla en inglés: Youth Advisory Board. La conexión con ellos ha sido la relación más significativa para mí porque son la primera caja de resonancia para cualquiera de nuestras actividades. Tener acceso a los jóvenes de la comunidad es fundamental. Son personas que pueden contar sus experiencias y lo que están viviendo en la escuela. Más aún, pueden decirle lo que realmente podría ser útil para ellos o lo que desearían haber sabido antes.
Asegúrese de haber creado o de poder acceder de forma directa a algún tipo de consejo asesor de jóvenes. Este consejo nunca representará la amplitud de experiencias de los jóvenes, pero le ayudará a hacer una lluvia de ideas y a tener una idea más clara del rumbo que desea.
Este trabajo ha sido realmente transformador para mí. No fui a la escuela para ser educadora en salud sexual. No estudié discapacidad. Cualquiera puede promover una educación en salud sexual accesible. Espero que nuestro programa, y potencialmente mi historia, inspire al menos a una persona a considerar la necesidad de una educación accesible sobre salud sexual.
—Morgan Aderton, Universidad James Madison
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