Cómo llegar con la educación sexual a jóvenes con discapacidades intelectuales y del desarrollo
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Este artículo ha sido preparado por Emily Baker, Especialista en Apoyo al Desarrollo de Contenido de la Universidad James Madison (JMU), en colaboración con el RHNTC. JMU es la sede de SexEdVA (en inglés), un proyecto de la Red de Innovación e Impacto TPP20, que facilita la Red de Salud Sexual Inclusiva para Personas con Discapacidades (Disability-inclusive Sexual Health Network, DSHN) (en inglés) y otro trabajo de apoyo a la salud sexual adolescente.
SexEdVA pretende incorporar la educación sobre salud sexual a los programas existentes para jóvenes con discapacidades intelectuales o del desarrollo, como las Olimpiadas Especiales.
Cuando el proyecto se inició, nos imaginamos que cada uno de nuestros socios (que incluyen a defensores de personas con discapacidades, escuelas públicas, centros legales y organizaciones de salud) haría su propio currículo. Pero algunos socios tuvieron que pasar de elaborar un currículo a difundir información y recursos.
Por este cambio, nos dimos cuenta de que lo más útil era crear un centro de recursos con el que nuestros socios pudieran contar. El centro incluye recursos para madres, padres, maestros y otros educadores. Es un recurso si desean enseñarles a los jóvenes con discapacidades sobre la salud sexual pero no saben por dónde comenzar. Es algo que no existía, así que tenerlo en un solo lugar es fabuloso.
Al compartir la noticia en la reunión trimestral con nuestros socios, nos dimos cuenta que el centro de recursos es tan útil y funcional. Fue un momento muy inspirador.
También hicimos una lista de metas para planes de educación individualizados (Individualized Education Plans, IEP) a fin de que incluyan normas para impartir educación sobre salud sexual a jóvenes con discapacidades. Los maestros, las madres, los padres o cualquiera pueden llevar estas metas a un equipo del IEP y solicitar educación sobre salud sexual para los jóvenes. Esta puede ser una herramienta realmente útil que puede apoyar e impulsar a los educadores a realizar este trabajo.
Mi consejo es no atascarse ni obsesionarse con los prejuicios de la gente. Se oye mucha conversación negativa en torno al tema de la educación sexual de los jóvenes con discapacidades, y también muchos comentarios negativos. Céntrese en lo positivo, como las madres y los padres que acuden a usted y le dicen: “Esto es lo que buscaba y lo necesito”.
Me siento muy afortunada de haber encontrado a SexEdVA y de poder colaborar con esta organización. Son todas personas excelentes que hacen un gran trabajo. Confían en mí y en mis opiniones, y yo confío en ellos y en sus opiniones. No he tenido la oportunidad de conocer a mucha de esta gente en persona, pero es increíble cuánto confiamos en las opiniones de los demás y la cohesión que se crea al trabajar para el programa y colaborar con nuestros socios.
—Emily Baker, Universidad James Madison
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